domingo, 4 de octubre de 2009

El principio, más o menos.

Todo empezó cuando estaba viendo una exposición dedicada a Saturnino Calleja en León, en mayo de 2006.
Hace más de tres años, sí.
En uno de sus paneles contaba los inicios de una pequeña editorial que se transformaría en una gran empresa.
En un acto de generosidad y de atrevimiento inusitado don Saturnino tuvo la idea de hacer llegar, semanalmente, a todos los maestros de España, copias gratuitas de cuentos ilustrados.
Algo que, en principio, podía hacer pensar que les conduciría a la ruina.